miércoles, 30 de noviembre de 2011

El tesoro del pirata


 En casa había un corral, cómo en todas las casas del pueblo, y en el corral se criaban conejos y gallinas, los conejos estaban encerrados en una gran jaula y las gallinas correteaban libres por el corral, (años más tarde, me apenó mucho que mi niño chiquitín confundiera a las palomas de la Plaza del Pilar, llamándolas gallinas).
 Al parecer, las gallinas no deben de ser tan tontas cómo creemos, no les gustaba nada "regalarnos" sus huevos, y acabaron escondiéndose en ese rincón para ponerlos, se metían por esta entrada que era reálmente pequeña y cómo mi madre no podía entrar a cogerlos, me encargaba yo de hacerlo.
 A simple vista se puede pensar que era una tarea desagradable, pero para mí era estupendo, me entretenía mucho dentro de esa pequeña cueva y mi madre siempre salía a buscarme impaciente, pero es que allí según me contó mi abuela, un abuelo suyo escondió una vez el dinero que le pagaron por una cosecha... ¡Un tesoro! yo me pasaba el tiempo soñando con encontrar el tesoro escondido por ese tatarabuelo que yo disfrazaba de pirata en mi imaginación... Hasta que mi madre venía a recordarme que yo estaba al otro lado del cuento.

1 comentario:

  1. Hay una nueva pregunta ¿Reálmente sabían las gallinas esconder sus huevos?

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