jueves, 26 de enero de 2012

El bosque

Aquel lunes de Pascua, como todos los años desde que yo tengo memoria, todo el pueblo había "subido al Santo" a pasar el día. "El Santo" es un lugar en pleno bosque en el que hay una ermita, allí se guarda la imagen de "Jesús Nazareno" durante todo el año. El Domingo de Ramos, las gentes de mi pueblo van allí y acompañan en peregrinación a la imagen en los cuatro kilómetros que la separan del pueblo. La llevan a la Iglesia y el lunes de Pascua, vuelven en peregrinación a la ermita para guardarla hasta el año siguiente, y ya se pasa el día de campo, con la familia y amigos. Aquel lunes de Pascua, (yo tenía trece años y era, lo que vulgarmente se dice, un chicazo) después de comer me reuní con un grupo de chicos: mi primo, mi hermano, su amigo, el hermano de su amigo, y también arrastré a mi prima, que dicho sea de paso, era una bendita a la que yo llevaba por tooooodos los peligros, y me los llevé a explorar el monte, camino arriba.
El problema vino cuando llegamos a un punto donde ninguno tenía idea de donde estábamos, y yo, como la mayor del grupo y responsable de aquella idea traté de conducirles camino abajo sin saber a donde llegaríamos. Mi esperanza era encontrar el lugar de partida antes de que nadie se diera cuenta, pero dimos un buen rodeo y cuando más asustados estábamos escuchamos las voces de nuestros padres llamándonos, mi gozo en un pozo, aunque estábamos a salvo de peligro... yo, castigadisima.